Desafortunadamente, otros miembros del elenco también añadieron un punto débil a la noche. A las cantaoras Marta y Loli Heredia, a diferencia de su contraparte masculino, les faltó voz y brío. Y el bailaor Alfonso Losa, cuyo baile carece de finura, le quitó protagonismo a Enrique de Melchor con una muestra ruda e innecesaria.
He asistido a conciertos de Enrique de Melchor en el pasado que me han gustado más por la pura razón de que se enfocaban más en el toque que en el cante y el baile. Aunque el concierto de Caja Madrid se trataba de celebrar el arte de Melchor, me fui con la impresión de que realmente lo había relegado a un papel de acompañante.
Aunque me hubiera gustado oír más a Melchor y menos a su elenco, me fui encantada con la pieza estrella de su concierto, una colombiana – palo que no se oye a menudo – que sacó a relucir su toque y el talento de los demás músicos.
Texto y fotos de Justine Bayod Espoz